Si si, ya sé lo que piensan.. quizás Disney World sea las vacaciones más clichés del universo, pero como son mis favoritas. ¿Cómo no desear ir al lugar donde por más arrugas o canas tengas en la cabeza, te sientes como un niño? Lo que haces desde que pisas este lugar es correr al gift shop más cercano (lo cual no será difícil encontrar, ya que hay 500 por cada atracción) y vestirte de Mickey o Minnie, Goofy o cualquier personaje que caracteriza este lugar.
Por más maduro y 'cool' que priven los adolescentes, desde que ven a Pluto o a Stitch, gritan como niñas y salen corriendo para salir a tomarse la foto. Hablando de tomarse fotos con los personajes, durar 45 minutos en una fila, solo para tomarte unas cuantas fotos.. es todo un espectáculo, experiencia propia. Lo hermoso de esto, es que tu te sientes parte de este mundo mágico, los personajes son un amor y te hacen sentir como si estas en su cuento de hadas.
Y es que Disney World, es uno de los parques más completos que he visto en mi vida. La cantidad de detalles, y el cuidado de cada uno de ellos, es algo sorprendente y fuera de este mundo. Tanto así, que existen lo que son los 'Hidden Mickeys', que estan dispersos por todo los parques temáticos, incluyendo hoteles que forman parte de Disney World. Buscarlos se vuelve algo adictivo, pues están en todas partes, los lugares más bizarros, ahí están presentes.
En cuanto a las atracciones se refiere, cada una es una película de Disney, sumergida en su historia, vives cada segundo de esta, las emociones, los olores, colores, todo.
Al anocher, el cielo se vuelve día con el maravilloso espectáculo de fuegos artificiales llamado 'Wishes', en el cual es inevitable pedir un deseo a la hora de que este show toma inicio.
La verdad que un viaje a Disney World, por más veces que vayas, siempre será una experiencia completamente a la anterior, es un viaje increíble e inolvidable. No dejen de ir, y si fueron, vayan de nuevo, yo que he ido como tres veces, no puedo esperar a que llegue mi cuarta vez.
Toodles!
